jueves, 27 de noviembre de 2014

Entrenar la Mente!

La telepatía 



mente


La telepatía o transmisión del pensamiento es una de las habilidades que muchos grandes yoguis dominan. Los pensamientos, según el yoga, tienen volumen, color y peso. No los podemos ver pero existen. Por esta razón es posible enviar pensamientos a otras personas y recibir pensamientos. 

La clave para poder comunicarnos telepáticamente con éxito consiste en concentrar todo lo posible los rayos dispersos de la mente. Aunque hay muchos tipos de ejercicios y muchos factores que pueden ayudar a mejorar la emisión y recepción de pensamientos un sencillo ejercicio que puede hacer cualquiera es el siguiente. 

Cuando estemos caminando por la calle, por ejemplo al volver a casa del trabajo o de la universidad, debemos mirar con atención la nuca de la persona que tengamos delante y pensar continuamente: “Tienes que darte la vuelta, date la vuelta, te estoy llamando mentalmente”. Al principio poca gente se dará la vuelta pero con práctica nuestra mente responderá a nuestra llamada, aumentará la concentración y más gente se dará la vuelta. Este ejercicio tiene como fin preparar la parte de la mente encargada de la telepatía para ejercicios más avanzados. 


mejorar


Algunas notas sobre este ejercicio: 


Si la persona a la que estamos enviando la orden está pensando en algo importante, por ejemplo un problema importante en el trabajo, el ejercicio tendrá menos efecto que si lo lanzamos sobre alguien que no esté pensando en nada en concreto y por tanto puede recibir nuestro mensaje más fácilmente. 

Si queremos comprobar la efectividad aconsejo llevar un periódico en el que podemos apuntar el número de personas que se van dando la vuelta. 



EL AURA 




entrenar


El aura humana es un campo magnético altamente cargado que rodea y penetra el cuerpo humano. 

Si bien es posible aprender a divisar el aura en cinco o diez minutos, la mayoría de la gente ignora su existencia, posiblemente a causa de una ceguera funcional. A menudo, la gente suele contemplar un objeto de manera selectiva, de modo que muchas veces no se fija en todos los detalles del objeto en cuestión, porque sólo ha atendido a unos rasgos determinados. 

Se ha llevado a cabo mucho investigación en relación con el aura humana. El doctor Walter J. Kilner, médico del hospital Saint Thomas de Londres, realizó los primeros experimentos conocidos al determinar por métodos de laboratorio la naturaleza del aura. 

Dichos experimentos empezaron en 1908, cuando el doctor Kilner observó por vez primera un halo en torno al cuerpo humano. Entonces quiso explorar la posibilidad de que este halo o "aura", pudiera reflejar el estado fisiológico de un ser humano. 

Halló, en efecto, que ciertos colores y formas del aura acompañaban a ciertas enfermedades corporales, es decir, orgánicas. En 1920, el doctor Kilner publicó su obra Atmósfera humana a la que siguió El aura humana. El doctor Kilner opina que un 95 por ciento de personas con visión normal puede ser adiestrado para ver e interpretar el aura. 

En Rusia, un sistema fotográfico, el llamado Kerliano, ha permitido a los científicos fotografiar y calcular el campo magnético que rodea a todos los seres humanos en vida. 

Recientemente, en la universidad de Stanford, los científicos han limitado la hazaña de los rusos, fotografiando el aura humana en color. 

El doctor Otto Rhan, investigador de Cormualles, descubrió, tras intensas investigaciones, que las radiaciones humanas más potentes emanan de las yemas de los dedos de la mano derecha. Este descubrimiento ya lo conocían, desde mucho tiempo atrás, los individuos que se ocupan de la curación psíquica. 

Pueden hallarse la prueba de que el aura lo han visto ciertas personas desde hace siglos, pese a desconocer su exacta naturaleza, en las pinturas religiosas que destacan halos en torno a las cabezas o cuerpos de santos y profetas. 

Gracias a los esfuerzos de muchos investigadores, actualmente podemos hacer declaraciones específicas y comprobables acerca del aura humana. 

El campo magnético que rodea el cuerpo y se extiende cerca de un tercio de centímetro en torno a todas las partes del mismo, incluyendo el cabello, se llama usualmente el cuerpo etérico o bioplasmático. 

Esta estrecha banda es sensible al tacto y es posible estar enterado de su existencia con poca dificultad. Varios investigadores han descubierto que esta aura interior responde a un imán; puede ser atraído por uno de ellos, aunque ella no esté imantada ni sea imán a su vez. De manera que el aura posee una masa, probablemente a causa de la presencia de partículas de hierro. 


Colores y dibujos del aura humana 


El aura se extiende un poco más en torno a proyecciones como los pezones y los dedos que en las superficies planas. Es interesante observar que esto también sucede en un conductor eléctricamente cargado. 

Los científicos de Rusia, los Estados Unidos y Gran Bretaña han descubierto que es posible enviar un pensamiento benéfico, tal vez una leve carga de energía eléctrica, por medio del aura. Cuanto más brillante sea el aura de un ser humano, más potente es la carga eléctrica que puede enviar a otro. Utilizando la técnica respiratoria, un individuo puede aprender a aumentar la energía del aura y dirigirla a voluntad hacia un punto dado. 

Cuando una persona tiene conocimiento de su aura, es difícil, no obstante, que al mismo tiempo conozca sus diversos dibujos y colores. La capacidad de distinguir los colores es seguramente cuestión de tiempo y práctica, lo mismo que para los dibujos, al menos para algunos individuos; otros, en cambio, ven rápidamente el color, y aún otros afirman haber tenido conocimiento del arco iris luminoso de su cuerpo desde la niñez. Aunque la faceta relativa a la interpretación del color en conexión con el aura aún necesita una intensa y exhaustiva investigación y refinamiento, pueden formularse algunas conclusiones respecto a la relación entre la presencia de ciertos colores y el estado mental, fisiológico y emocional de un individuo. 

Casi todo el cúmulo de datos obtenidos da una evidencia empírica: el aura está abierta a una investigación más profunda para la interpretación de las tonalidades y matices particulares. 


Las siguientes son algunas interpretaciones de carácter general de ciertos colores del aura. 


Rojo: energía y vitalidad. Cuando un individuo se encoleriza, el rojo predomina en su aura. 

Azul: gustos filosóficos. Aun queda mucho por recorrer respecto al color azul del aura.

Amarillo: razonamiento lógico y análisis crítico. 

Negro: malicia, odio y depresión. 

Blanco: aun precisa mucha investigación. Los yoguis y otros ocultistas aseguran que indica un ser altamente evolucionado, como un maestro o guru. 

Pardo: manchas que suelen rodear a los órganos enfermos. 

Gris: relacionado con impresiones y emociones negativas con el temor, una leve depresión y una actitud negativa en general. 

Amarillo-verdoso: está relacionado con el engaño. 

Verde intenso: es relajante, en torno a los individuos amantes del aire libre. 

Pese a todo, hay que recordar que todavía queda mucho por descubrir acerca del color y el dibujo del aura humana, así como de su relación con la existencia cotidiana del hombre. 



EJERCICIOS DEL AURA HUMANA 



Para ver el aura ajena 


Entrenar la mente para mejorar la inteligencia


1. Escoger una habitación con una pared sin dibujos. 

2. La iluminación debe permitir a las personas presentes que distingan las facciones de la persona cuya aura se desea percibir. 

3. Los experimentadores mirarán la frente del sujeto, situado ante una pared neutra. Luego, aquellos permitirán que sus miradas giren en torno a la cabeza y resto del cuerpo. 

4. Para realzar la energía del aura, el sujeto deberá respirar hondo, ensanchando el diafragma al inhalar. El sujeto imaginará que el aire inhalado asciende a lo más alto de su cabeza. Durante este proceso, el sujeto relajará los músculos estomacales. 

5. Cuando el sujeto haya ejecutado la respiración especificada en el apartado anterior, los investigadores concentrarán la mirada en la cabeza del sujeto, particularmente en la coronilla. Usualmente, se divisa el aura como una niebla o halo luminoso y fluctuante. Así, muchas personas la describen como algo semejante a las oleadas de calor que suben del sujeto los días muy calurosos. 

6. Para confirmar aún más que la energía que forma el aura puede controlarse, mientras los demás se concentren en la coronilla del sujeto, éste volverá a respirar profundamente, y de nuevo dirigirá su respiración hacia el cráneo. Entonces, los presentes podrán asistir el aumento de brillo del aura, y observar sus fluctuaciones bajo el control de la voluntad. 

7. El sujeto extenderá la mano, con la palma hacia los demás y los dedos apuntando al techo. Volverá a respirar como antes, pero ahora el sujeto imaginará que el aire se concentra en su mano. Los presentes concentrarán sus miradas en el aura de los dedos. 

8. No es preciso ni recomendable mirar muy fijamente. Si un observador tiene alguna duda acerca de lo que ve, es preferible que aparte la vista un instante y vuelva a mirar luego al sujeto. 

9. La capacidad de distinguir los colores en el campo áurico puede sobrevenirle inmediatamente al observador, o desarrollarse sólo mediante la práctica. 

10. Puede llevarse a cabo un experimento fácil, demostrativo de que el aura posee una masa, con ayuda de un imán de cierta potencia. 

11. Se elegirá a un individuo para que esté de pie cerca del sujeto, sosteniendo el imán con una mano. Aquel estará aproximadamente a medio metro del cuerpo del sujeto. 

12. El sujeto volverá a respirar hondo y los observadores prestarán atención especial a la zona hacia donde se apunta con el imán. El aura se alargará hacia el mismo. 


Para distinguir el aura propia 


inteligencia


1. Escoger una habitación con un espejo enfrente de una pared neutra. El cuarto de baño de algunas casas sirve bien a este propósito. 

2. Apagar la luz del cuarto utilizado para el experimento, dejando fuera una que permita distinguir los rasgos del sujeto en el espejo. 

3. Respirar profundamente e imaginar que la respiración llena la cabeza. 

4. Al momento, se percibirá el aura en torno a la cabeza. 

5. Otra respiración semejante y dirigida a la cabeza aumentará la intensidad del campo áurico y hará qu sus fluctuaciones sean mas pronunciadas. 

6. Igual que al percibir el aura ajena, el aura propia aparece como una neblina o un halo. 

7. Puede discernirse inmediatamente el color del aura o desarrollarse esta capacidad con la práctica. 

Experimentar con el aura mediante el tacto 

El sujeto de este ejercicio aumentara la energía del aura mediante la técnica de la respiración ya descrita. 

Los que tomen parte en el ejercicio estarán de pie, directamente frente al sujeto, de uno en uno, y colocarán sus manos aproximadamente a unos quince centímetros a cada lado de la cabeza del sujeto. 

El participante cerrará los ojos y hará que toda su sensibilidad se concentre en sus manos. El sujeto volverá a respirar profundamente desde el diafragma y se imaginará que el aire llena y sale por su cabeza. 

Probablemente, el participante experimentará una sensación calurosa y de movimiento en torno a sus manos. Esta técnica también ha dado buenos resultados con los ciegos que experimentan con el aura humana. 


El efecto del imán sobre el aura 


Una vez colocado el sujeto contra una pared neutra y elevado el nivel de energía del aura mediante la respiración honda, los participantes colocarán un gran imán de herradura aproximadamente a unos diez centímetros de cada lado de la cabeza del sujeto. 

Los participantes observarán que al colocar el imán en esta posición, mientras perciben el aura, se origina un efecto muy interesante. El aura interior se alargará o se extenderá hacia el imán, que puede colocarse a la misma distancia de cualquier otra zona del cuerpo, lográndose el mismo efecto. 

Este experimento indica que el aura posee masa y que puede utilizarse como un valioso ejemplo de la respuesta a la cuestión de la formación posterior de imágenes. 



Entrenar la mente para mejorar tu inteligencia 



mente


De la misma manera que con ejercicio puedes mejorar tu resistencia física, con sencillos ejercicios mentales puedes aumentar tu inteligencia. Pero, ¿cuáles son los ejercicios que puedes realizar e incluir en tu vida cotidiana para ser más inteligente? Seguro que más de uno de estos ejercicios ya lo estás utilizando. Insiste en aquellos que más te cuestan o te ayuden a mejorar aquellas capacidades que consideras especialmente importantes para tu futuro, e inclúyelos en tu rutina de cada día. 


Ten a mano un diccionario¿Sabrías definir con exactitud el significado de "mundano" o "austero"? Para desarrollar tu inteligencia lingüística es tan sencillo como dedicar tiempo cada día a leer un periódico, revista o libro y marcar aquellas palabras que no entiendes. Busca su significado en un diccionario, encuentra sinónimos y, a lo largo del día, utiliza estas palabras en un contexto cotidiano, en una conversación con un amigo o con tus padres. 


Dedica 20 minutos al día para aprender algo nuevo. Se trata de aprender algo que te despierte la curiosidad. Sobre lo que te apetezca, pero que te resulte novedoso, como las costumbres de las tribus del Amazonas, la historia de un país exótico o el chino. De lo que se trata es de aprender algo nuevo, que luego puedes comentar con tus amigos y que amplíe tus horizontes intelectuales. 


EscuchaDesarrolla tu capacidad de escuchar lo que dicen los demás y tratando de entender el punto de vista del otro. Es una de las cualidades que más te puede ayudar a aprender y conectar con la gente. Tan sencillo como mantenerte atento, no interrumpir y, cuando intervengas en la conversación, poner en práctica tu capacidad para conectar con la gente. 


Desarrolla tu capacidad críticaSe trata de tener un criterio propio ante las cosas, sin dejarte influenciar por tu entorno. Cuestiona por ejemplo tus ideas sobre política, música, cine. ¿Son las mismas que tus padres o tus amigos más cercanos? Es normal que nos sintamos más cómodos cuando nuestras ideas están en sintonía con lo que piensa nuestro entorno, pero de lo que se trata en este caso es de desarrollar tu criterio propio y capacidad de decisión. No se trata de llevar la contraria porque sí, sino de desarrollar un pensamiento propio y fomentar tu capacidad de tomar tus propias decisiones. Esta cualidad es necesaria y muy útil en diferentes situaciones personales y profesionales, y te hará ante los demás una persona más segura y, por tanto, más inteligente. Se trata de tener un criterio propio ante las cosas, sin dejarte influenciar por tu entorno. 


Desarrolla tu capacidad de relaciónTener capacidad para conocer a gente nueva y entablar nuevas relaciones es clave para tu felicidad personal y también para tu futuro profesional. Es una capacidad que se desarrolla con la práctica. Participa en actividades fuera de clase e interésate por los demás. 
Rodéate de gente de la que puedas aprender. "A quien buen árbol se arrima, buena sombra le cobija", y, es verdad. Si quieres tener la mente activa, rodéate de personas que tienen inquietudes intelectuales y comparte con ellos las tuyas. 


Desarrolla tu capacidad de análisisDedica tiempo a reflexionar sobre un problema del tipo que sea y escribe todo tipo de soluciones que se te ocurran. Luego ordena o puntúa esas posibles soluciones por su eficacia. Pongamos un ejemplo. Las matemáticas son importantes para la carrera que quieres hacer, pero últimamente las llevas mal. ¿Soluciones posibles? Muchas, pero pongamos tres con diferentes grados de eficacia: 

1. Pensar en otra carrera en la que no se necesiten las matemáticas. Solución poco eficaz, pues no resuelve el problema, sólo lo evita. 

2. Dedicar más tiempo al estudio. Solución intermedia, pues puede ser que tu problema con esta asignatura sea sólo un problema de dedicación y no de comprensión. 

3. Dedicar más tiempo al estudio y buscar apoyo en un profesor particular o aprovechar más el tiempo de tutorías de esta asignatura. Sin duda, esta es la solución más eficaz y más rápida para conseguir tu objetivo. 

Cada vez que te enfrentes a un problema, piensa de este modo. ¿Cuál es la forma más sencilla y eficaz de conseguir lo que me interesa? Practica esta capacidad con tus amigos, preguntándoos por ejemplo, ¿Cómo acabarías con el hambre en el mundo?, ¿Qué es lo que hace que triunfe un determinado grupo de música? Reflexiona y analiza sobre cualquier tema que te interese. 


Pon en forma tu memoriaEs una capacidad clave para la inteligencia. De poco sirve tener una excelente capacidad de expresión o comunicación, sino podemos archivar nuestros conocimientos y experiencias para echar mano de ellos cuando sean necesarios. ¿Te imaginas tener un ordenador con los mejores programas informáticos, pero sin memoria? De poco serviría. Pon a punto tu memoria, desarrollando tu capacidad de atención y retención. 


Ponte retos¿Te da miedo hablar en público? ¿Eres tímido y te cuesta hablar con la gente? Ponte pequeñas pruebas en el día a día que te hagan utilizar cualidades en las que no te sientes cómodo. No se trata de hacerlo perfecto, sino de adquirir confianza en ti mismo y sentir que, aunque quizás no seas el mejor en algo, también eres capaz de hacerlo. Y recuerda, en la vida todo es cuestión de práctica.

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