Los tepuyes son mesetas especialmente abruptas del Escudo guayanés en Sudamérica, que se encuentran puntuamente en Venezuela. Elevándose por encima de un bosque circundante, los tepuyes tienen escarpes casi verticales, y muchos de ellos se elevan a más de 1.000 metros por encima de la selva. Y aunque los tepuyes parecen desiertos, en realidad ofrecen una biodiversidad impresionante y única: alrededor de un tercio de las especies de su flora no se encuentra en ninguna otra parte del mundo.
Las paredes casi verticales y el denso bosque tropical a su alrededor los hace inaccesibles para exploradores a pie. Así, se puede alcanzar caminando sólo tres montañas de la región Gran Sabana, -entre ellas el tepuy más accesible, el monte Roraima, de 2.180 metros de altura-, dividida entre Venezuela, Guayana y Brasil.
Se considera que más del 90% de los tepuyes no ha sido pisado por el hombre, escondiendo misterios y una gran cantidad de especies biológicas aun sin descubrir. Tanta inaccesibilidad y misterio han dado lugar a leyendas e incluso inspiraron a artistas. Se cree que precisamente el monte Roraima –con sus pequeñas cascadas y depósitos naturales de cuarzo, su vegetación frondosa, cuevas y lagos- inspiró la novela 'El mundo perdido ', de Arthur Conan-Doyle.
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